AUTOR: Stephen King y Richard Chizmar
FECHA DE PUBLICACIÓN: Noviembre 2018
NÚMERO DE PÁGINAS: 185
EDITORIAL: Plaza & Janés
SAGA: Autoconclusivo
-Sinopsis-
Existen tres vías para llegar a Castle View desde la ciudad de Castle Rock: por la carretera 117, por Pleasant Road y por las Escaleras de los Suicidios. Cada día del verano de 1974, Gwendy Peterson, de doce años de edad, toma el camino de las escaleras, que ascienden en zigzag por la ladera rocosa.
Pero un día, al llegar a lo alto, mientras recupera el aliento con la cara roja y las manos apoyadas sobre las rodillas, un desconocido la llama. Allí, en un banco a la sombra, se sienta un hombre con una chaqueta negra y un pequeño sombrero. Llegará un día en el que Gwendy sufra pesadillas con ese sombrero...
-Resumen-
Gwendy es tan sólo una niña cuando un desconocido la aborda con un regalo para ella. Se trata de una cajita con palancas a los lados y botones por todas partes. Cada botón representa un continente, excepto el botón negro que representa el conjunto de todos ellos y el rojo, que te otorga todo aquello que desees. Las palancas de los laterales proporcionan una chocolatina al día, con el poder de saciarte hasta la próxima dosis y en ocasiones, una moneda de plata, valorada en unos 600 dólares.
Gwendy deberá vivir con la tentación de pulsar los botones, la fascinación ante un cachivache tan misterioso y poderoso y el secreto de su existencia, pues sabe que no debe caer en manos ajenas.
-Mi Opinión-
La historia comienza de forma clara, directa y sencilla. Nuestra Gwendy, con sólo 12 años de edad, recibe una misteriosa caja con particularidades inexplicables. No le han dejado claro cuántas cosas permite, pero la chica se hace una idea en su cabeza.
En primer lugar, asistimos a la angustia y obsesión de la niña con el artefacto. No por la necesidad de usarlo, pues ha caído en malas manos y sabe que no debe hacerlo a la ligera, sino por el estrés que supone guardar un secreto tan importante. Día tras día, nuestra protagonista cambia de escondite y se preocupa por el posible descubrimiento de la caja. Esta parte de la historia, aunque introductoria, se hace bastante amena. Es bastante realista y nos ayuda a conocer la personalidad de Gwendy. Nos induce a sentirnos que formamos parte del secreto y a vivir la tensión de su existencia. A su vez, no pierde el toque de inocencia que aporta la edad de la joven. Es una mezcla perfecta, como un juego para el lector, que aun no sabe qué se encontrará en el relato.
Y es que esto, más que una novela o como he leído por ahí, un libro ilustrado(no sé si llega a las cinco ilustraciones) es un relato. La vida de Gwendy pasa a velocidad vertiginosa, haciendo parones en los grandes momentos de su adolescencia y en cómo influye la caja en ellos, pues parece que también tiene otros poderes imperceptibles y un tanto incomprensibles. La chica se debate constantemente entre el uso de la caja y otras cuestiones morales que le supone el tener algo de poder, desde un punto de vista que la verdad, no me esperaba. La narración cada vez te atrapa más y más.
Finalmente, nuestra Gwendy se hace mayor y aprende a convivir con ello, hasta el día que sirve como cierre definitivo al relato. No es una historia destacable, llena de momentos que se queden grabados ni sorprendentes giros argumentales. Sin embargo,la transición, la reflexión y el misterio que atañe a la caja, te absorbe los suficiente como para hacer de este un libro especial y recomendable, un relato que, aunque como tal deja muchas incógnitas abiertas, se disfrutas por la idea y las sensaciones, no por la búsqueda de una trama compleja y densa.