Las niñas que soñaban con ser vistas, de Pablo Rivero

TÍTULO: Las niñas que soñaban con ser vistas

AUTOR: Pablo Rivero

FECHA DE PUBLICACIÓN:

NÚMERO DE PÁGINAS: 385

EDITORIAL: Suma de letras

SAGA: Autoconclusivo

-Sinopsis-

Laura García Hernández, una niña de catorce años, ha desaparecido. La última vez que se la vio fue entrando en un conocido centro comercial, cuando acudía a una misteriosa cita. A los pocos días aparece descuartizada en el aparcamiento de la planta baja. El cuerpo presenta mordeduras de animal, pero su hermano Jaime insiste en que fueron causadas por un ser humano. Todo se complica cuando Pablo, un publicista que trabaja en la agencia más prestigiosa del país, sospecha que el asesinato puede estar relacionado con la muerte de algunas famosas influencers.

-Mi Opinión-

Desde sus publicaciones, no han sido pocas las reseñas que he leído sobre "Penitencia" y "Las niñas que soñaban con ser vistas". Ambas, novelas del actor español Pablo Rivero, muy alabado por la crítica en su faceta de escritor.

Quizás por eso es por lo que me he llevado una mayor decepción.

Lo primero que noto es que la narración, al contrario de lo que me habían prometido, es malísima. No solo por sus faltas de corrección (en al menos dos ocasiones he encontrado artículos duplicados) sino por su sensillez, redundancias y frases demasiado largas. Es una novela en la que se divaga demasiado y, aun así, está estructurada en capítulos cortos que puedes devorar en una sola tarde. Por eso mismo, no es de extrañar que afirme que todo pasa demasiado rápido y que carece de un desarrollo coherente. Voy a pararme en dos ejemplos de esto que me molestaron especialmente:

<< La araña del Guggenheim tiene un homenaje en Enemy, la adaptación cinematográfica de El hombre duplicado, de Saramago, dirigida por el director francés Denis Villaenauve, al que tanto admira.>> Como dijo una vez mi admirado Juan-Gómez Jurado y ya hemos mencionado antes en este blog, cuando un autor plasma sus gustos o abruma con referencias para llamar la atención del lector MALO. Además, lingüisticamente tampoco es muy correcto hacer frases tan largas. Daña el cerebro cuando lees cosas como << Al margen de que tuviera razón o no, ¿cómo podía referirse de una forma tan descalificativa a Jaime, un chico tan joven que estaba pasando por algo tan duro como la muerte de su única hermana, además de manera tan siniestra?>>

Lo mismo me pasa poco después, cuando describe lo que se habla en una conversación que está viendo en televisión y, acto seguido nos repite prácticamente las misma palabras apoyándese en un "concretamente dijo "..."" Es exasperantemente redundante.

En cuanto a nuestro protagonista (excepto porque es un poco pedante y adora Francia), es un normie que de la noche a la mañana se mete de lleno en una red criminal. Como os decía, el desarrollo de un extremo a otro no está bien construido y resulta difícil de creer. Sin embargo, esto no es del todo así. Sí que me puedo creer que un tío como él consiga llegar al fondo del asunto, ya que el crimen de esta novela está tan mal escrito que cualquiera podría lograrlo.

Creo que no hace falta ser una auténtica fanática del thriller como yo para darse cuenta de esto. Hay muchísimas lagunas, formas de actuar que no tienen ningún sentido: usar el mismo nombre de usuario tanto para la deep web (que por cierto, es un tema ya muy quemado) como para sus perfiles de redes sociales, no borrar los comentarios en ellas, dejar marcas de dientes (que, como las huellas dactilares, son únicas en cada persona), mover el cadáver de un lado a otro, devolverlo al lugar dónde la habían secuestrado, dejar elementos en la escena fáciles de investigar y relacionar con los autores... Si hasta el hermano adolescente de la chica secuestrada ha podido rastrear a los culpables, ¿me estás haciendo creer que la policía y los medios no lo han conseguido antes incluso? Por no hablar de las revelaciones finales, que se van de madre por completo. 

En definitiva: buena idea, pésimo resultado.

Te gustará si te gustó... No te gustará si te gustó... Pleamar, de Antonio Mercero

-Puntuación-