TÍTULO: Me alegro de que mi madre haya muerto
AUTOR: Jeannette McCurdy
FECHA DE PUBLICACIÓN: marzo 2023
NÚMERO DE PÁGINAS: 352
EDITORIAL: Urano
SAGA: Autoconclusivo (autobiografía)
-Sinopsis-
Llega la desgarradora e hilarante biografía de Jennette McCurdy, la estrella de iCarly y Sam & Cat, en la que narra sus dificultades como actriz infantil, sus trastornos alimentarios, sus adicciones, la complicada relación con su madre y cómo retomó el control de su vida.
Jennette tenía seis años cuando fue a su primera audición. El sueño de su madre era que su única hija fuera una estrella, y Jennette estaba dispuesta a todo para hacerla feliz. Aceptó su plan de «restricción de calorías», que consistía en comer poco y pesarse cinco veces al día. Soportó sus maquillajes y reproches: «Tus pestañas son invisibles, ¿vale? ¿Crees que Dakota Fanning no se tiñe las suyas?». Su madre la bañó hasta los dieciséis años y se vio obligada a compartir con ella sus diarios, su correo electrónico y todos sus ingresos.
En Me alegro de que mi madre haya muerto, Jennette relata todo lo que sucedió cuando su sueño finalmente se hizo realidad. Seleccionada para participar en una serie de Nickelodeon llamada iCarly, se ve lanzada a la fama. Aunque su madre está extasiada, contesta los mails de los fans y llama a los paparazzi por su nombre de pila («¡Hola, Gale!»), Jennette se siente llena de ansiedad, vergüenza y autodesprecio, lo que se manifiesta en trastornos alimentarios, adicciones y relaciones tóxicas. Los problemas empeoran cuando, tras aceptar el papel principal junto a Ariana Grande en Sam & Cat, el spin-off de iCarly, su madre muere de cáncer. Finalmente, después de descubrir la terapia y dejar la actuación, Jennette se embarca en su propia recuperación y decide, por primera vez en su vida, hacer lo que quiere.
Contada con humor negro y una franqueza refrescante, Me alegro de que mi madre haya muerto es una inspiradora historia de resiliencia, independencia, y la alegría que proporciona lavarse el pelo una misma.
-Resumen-
Es curioso que nos empeñemos en darles grandes noticias a los seres queridos que están en coma, como si el coma fuera algo que te ocurre porque te falta algo que te ilusione en la vida.
Mamá está en la UCI del hospital. El médico nos ha dicho que le quedan cuarenta y ocho horas de vida. La abuela, el abuelo y papá están en la sala de espera llamando a sus familiares y comiendo bocadillos de la máquina expendedora. La abuela dice que las galletas de mantequilla de cacahuete calman su ansiedad.
Estoy de pie, rodeando el pequeño cuerpo comatoso de mamá con mis tres hermanos mayores: Marcus (el sensato), Dustin (el listo) y Scott (el sensible). Le limpio las comisuras de los ojos cerrados con un trapo y entonces empieza todo.
—Mami —el sensato se inclina y susurra al oído de mamá—, voy a volver a California.
Todos estamos expectantes, ilusionados por ver si mamá se despierta de repente.
Nada. Entonces el listo da un paso adelante.
—Mamá. Eh, mamá, Kate y yo nos vamos a casar.
De nuevo, todos miramos esperanzados. Pero nada.
El sensible se acerca.
—Mamá…
No puedo oír lo que dice el sensible para intentar que mamá despierte porque estoy demasiado ocupada pensando en lo que diré cuando llegue mi turno.
Y ahora me toca a mí. Espero a que todos los demás bajen a buscar algo de comer para quedarme a solas con ella. Acerco la silla chirriante a su cama y me siento. Sonrío. Estoy a punto de sacar la artillería pesada. Olvida las bodas, olvida la mudanza. Tengo algo más importante que ofrecer. Algo que seguro que a mamá le importa más que nada.
—Mami, ahora mismo estoy… muy delgada. Por fin he bajado a cuarenta kilos.
Estoy en la UCI con mi madre moribunda y lo que estoy segura que conseguirá que se despierte es el hecho de que en los días transcurridos desde que fue hospitalizada, mi miedo y mi tristeza se han convertido en el cóctel perfecto para provocarme anorexia y, finalmente, he alcanzado el peso que mamá tenía como objetivo para mí. Cuarenta kilos. Estoy tan segura de que esto funcionará que me reclino completamente en la silla y cruzo las piernas de forma pomposa. Espero a que vuelva en sí. Y espero. Y espero.
Pero no lo hace. Nunca vuelve en sí. No le encuentro sentido. Si mi peso no es suficiente para que mamá se despierte, nada lo será. Y si nada puede despertarla, significa que se va a morir de verdad. Y si realmente se va a morir, ¿qué se supone que debo hacer conmigo misma? El propósito de mi vida siempre ha sido hacerla feliz, ser quien ella quiere que sea. Así que, sin mamá, ¿quién se supone que debo ser ahora?
-Mi Opinión-
Esta autobiografía lo petó MUY fuerte incluso antes de que se publicara oficialmente. Recuerdo un twitter rebosante de información filtrada a cada cual más impactante sobre la infancia de Jeannette, su relación con Nickelodeon y sus problemas de adiciones. Y aun así, no podía ni imaginarme lo que he encontrado en esta lectura.
La historia comienza con los primeros recuerdos de Jeannette. Desde que tiene uso de razón ha convivido con el fantasma del cáncer rondando de nuevo a la figura de su madre. Incluso durante los años en que ella estuvo sana, siempre se aseguró de que la gente la compadeciese y poder usar su enfermedad como método de manipulación para conseguir lo que quería. Incluso con su propia hija.
Jeannette era la pequeña de tres, pero era la única chica. Por ello, su madre la utilizó para convertirla en lo que ella siempre quiso ser. La controló y manipuló durante toda su vida para que fuera famosa y "perfecta" y se benefició de su popularidad para conseguir algo de protagonismo. Su obsesión con ella era enfermiza.
Pese a que la joven tardó más de 20 años en darse cuenta de la toxicidad en la que fue criada, la narración describe a la perfección su inocente perspectiva. Me he sorprendido sintiendo una punzada en el corazón con pequeños detalles, gestos aparentemente inofensivos que te hacen sentir que algo va mal y auguran lo que está por venir: regalarle un pijama lleno de flores y volantes porque pensaba que debía verse linda y femenina (aun sabiendo que ella los odiaba); montar literalmente un drama si iban a la heladería y Jeannette escogía un sabor distinto al habitual (porque eso significaba que estaba cambiando)... Conductas de manipulación que condicionaban a la NIÑA a renunciar a su identidad y a sus deseos solo para ver a su madre (""la gran sufridora"") feliz.
Es realmente escalofriante ver desde fuera cómo nuestra protagonista, desde una muy corta edad, lo único que desea cada cumpleaños es que su madre viva un año más. Y, a su vez, podemos ver como esta señora tan endiosada va perdiendo gradualmente la cabeza. Por supuesto no soy una experta, pero creo que no me equivoco al confirmar que la obsesión por la imagen y el control la ha llevado en varias ocasiones a sufrir brotes de histeria o, incluso, psicóticos que ponían en peligro la integridad de los que le rodeaban.
Al principio me llegué a preguntar, apurada, si Jeannette podría arrepentirse en un futuro de haber publicado un relato como este. Sobre todo, habiendo escogido un título tan arrollador. Pero una vez llegamos a su pubertad estas dudas se disipan. Cuando su carrera comienza, no existen límites para la persona que debería velar por su seguridad felicidad y desarrollo. Es más, la joven ex-actriz tuvo que sufrir todo lo contrario: privación de la comida, controles de peso y de medidas, desnutrición... Todo valía para conseguir que su crecimiento se retrasara y poder optar a papeles más infantiles con las capacidades físicas y mentales de una persona más mayor.
Estas escenas son realmente asquerosas. No puedo trasmitir el horror que leí en estas páginas. Es de admirar cómo la protagonista REAL de esta historia ha sido capaz de encontrar las palabras adecuadas para contarnos todos estos despropósitos con naturalidad e incluso con humor durante toda la narración. Por otro lado, también me encantaría conocer la perspectiva de los hermanos de Jeannette. Da la sensación de que se han librado de una gran presión, pero dudo mucho que su madre los dejara escapar completamente de su control. Y, en el caso de que así fuera, también debió ser muy triste carecer de atención por su parte.
De quien sí conocemos un poco más su perspectiva es de Miranda Cosgrove, co-protagonista de Icarly. Es enternecedor leer a Jeannette hablando de ella. Conocerla fue un auténtico despertar para alguien a quien no se le ha permitido prácticamente tener amistades y que ha sido criada en la religión mormona. Es un alivio saber que, por fin, su amistad pudo acercarla a una vida normal para alguien de su edad. Como lo que a nosotros nos parece cotidiano para ella es un mundo por explorar.
Sin embargo, en esta historia de contrastes también asistimos a los años posteriores, donde tuvo que lidiar con los trastornos alimenticios y un trabajo que odiaba mientras compartía pantalla con Arianna Grande. Alguien que, teniendo su misma edad, gozaba de una libertad envidiable y cosechaba éxito tras éxito en el despegue de su carrera.
Y, por supuesto, no podía faltar que nos contara su verdad acerca de su relación con El Creador. Ya un año antes de que se emitiera la docuserie de HBO sobre los abusos de Dan Schneider, Jeannette revela en este libro cómo le organizaba cenas a solas en las que le ofrecía alcohol siendo menor de edad y buscaba el acercamiento desde una posición de poder. Incluso llegaron a ofrecerle una gran cantidad de dinero por su silencio.
Por último, no puedo pasar por alto la crudeza con la que Jeannette nos habla de su anorexia y posterior bulimia. Como fue víctima de la primera sin tener si quiera edad suficiente para saber qué siginificaba. Como su madre le inculcó la culpa por tener apetito y le llevó a la segunda. Y como la vorágine de bajones y subidones mezclados con el estrés te lleva a refugiarte en el alcohol para no sentir nada. Me quedo con su reflexión, en la que afirma que los anoréxicos compadecen a los bulímicos porque la bulimia hace que la anorexia parezca buena.
Me voy a saltar hablaros de su ex-novio esquizofrénico y la verdadera historia de su padre; pero no quiero dejar de comentar que es admirable la naturalidad con la que narra situaciones vergonzosas e incluso escenas de sexo. Por no hablar de su capacidad para hacernos reflexionar sobre la vida de una joven estrella, como odió dar su primer beso para un show de TV y cómo le forjaron un personaje que la persigue a día de hoy como el fantasma de su truncada infancia.
-Puntuación-